Una vivienda prefabricada de hormigón puede tener una vida útil que supera fácilmente los 50 años, e incluso alcanzar o superar los 100, siempre que reciba el mantenimiento adecuado. Gracias a la solidez del hormigón, estas casas ofrecen una durabilidad comparable a las construcciones convencionales, resistiendo eficazmente el paso del tiempo y las condiciones climáticas adversas.

No obstante, su longevidad también dependerá de aspectos como la calidad de los materiales empleados, el tipo de diseño y la ubicación de la vivienda. Factores como la exposición a la humedad o los cambios extremos de temperatura pueden influir. Aun así, si se cuida correctamente, una casa de hormigón prefabricada puede ser un hogar duradero, seguro y confortable por muchas décadas.

Para garantizar que una casa prefabricada de hormigón se conserve en perfectas condiciones durante muchos años, es fundamental realizar un mantenimiento periódico. A continuación, te compartimos los cuidados esenciales:

Inspección de grietas o fisuras: Aunque el hormigón es muy resistente, pueden aparecer pequeñas fisuras con el tiempo debido a movimientos del terreno o cambios climáticos. Detectarlas y repararlas a tiempo evita filtraciones y posibles daños estructurales.

Protección contra la humedad: Aplicar tratamientos impermeabilizantes en las superficies exteriores es clave, sobre todo en zonas húmedas o con muchas lluvias. Así se previene la penetración del agua en la estructura.

Revisión del aislamiento: Verificar el estado del aislamiento térmico en techos y paredes asegura un alto rendimiento energético y un ambiente confortable. Ante cualquier signo de desgaste, lo ideal es repararlo o reemplazarlo.

Cuidado de cerramientos: Las puertas y ventanas, junto con sus juntas y sellados, deben mantenerse en buen estado para evitar filtraciones de aire o humedad, lo que también ayuda a conservar la eficiencia energética.

Limpieza del exterior: Aunque el hormigón es robusto, su fachada puede acumular suciedad con el tiempo. Una limpieza periódica no solo mejora la estética, sino que también previene daños provocados por moho o contaminación.

Control del sistema de drenaje: Es fundamental comprobar que canalones, bajantes y desagües estén libres de obstrucciones y funcionen correctamente para evitar problemas de acumulación de agua que puedan afectar la cimentación.

Con estas prácticas de mantenimiento, tu casa prefabricada de hormigón se mantendrá sólida, eficiente y atractiva durante muchos años.

Las viviendas prefabricadas de hormigón pueden instalarse en una amplia variedad de parcelas, aunque es necesario considerar ciertos aspectos antes de comenzar con el proyecto. En primer lugar, el terreno debe cumplir con la normativa urbanística vigente, incluyendo la calificación del suelo, los parámetros de edificación y otros requisitos legales.

Además, es fundamental que la parcela tenga accesos adecuados que permitan el transporte de los módulos prefabricados y su posterior montaje sin complicaciones. Esto facilita una ejecución segura y eficiente.

Otro aspecto clave es la evaluación técnica del terreno. Factores como la pendiente, la composición del suelo o la presencia de irregularidades pueden condicionar el tipo de cimentación o las tareas de preparación necesarias antes de la construcción. Por eso, siempre aconsejamos realizar un estudio geotécnico que garantice la viabilidad y seguridad de la obra desde el inicio.